3- Seguidamente elaboraremos un cuadro comparativo como en el siguiente ejemplo:
4. A un lado escribimos las partes en que coincidan con el otro, es decir citamos al Génesis y escribimos el texto, al igual que con el texto del Popol vuh escribimos la parte que coincide con el Génesis.
Si no tenéis los libros a continuación os dejo los dos textos que debéis leer. (Genesis y Popol Vuh)
Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la obscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es e1 nombre de Dios. Así contaban.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la obscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.
Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá-Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es Raxá-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.
-- ¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe (el espacio), que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra: -- ¡Tierra! -- dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montanas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo : -- ¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá!
-- Nuestra obra, nuestra creación será terminada -- contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.
Capitulo 2
Luego hicieron a los animales pequeños del monte,
los guardianes de todos los bosques, los genios de la
montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles (víboras), guardianes de los
bejucos.
Y dijeron los Progenitores: -¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los bejucos? Conviene
que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Así dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Al punto fueron creados los venados y las aves. En
seguida les repartieron sus moradas a los venados y a
las aves. -Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos
y en los barrancos. Aquí estarás entre la maleza, entre
las hierbas; en el bosque os multiplicaréis, en cuatro
pies andaréis y os sostendréis. Y así como se dijo, así
se hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros
pequeños y a las aves mayores: -Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos, allí haréis
vuestros nidos, allí os multiplicaréis, allí os sacudiréis
en las ramas de los árboles y de los bejucos. Así les
fue dicho a los venados y a los pájaros para que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a los animales en la tierra.
Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y
pájaros por el Creador y Formador y los Progenitores:
-Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno..
Así les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.
-Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a
Huracán, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá, el Corazón
del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos!, les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los
hombres; sólo chillaban, cacareaban y graznaban; no
se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era
posible que hablaran, se dijeron entre sí: -No ha sido
posible que ellos digan nuestro nombre, el de nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien,
dijeron entre sí los Progenitores. Entonces se les dijo: -Seréis cambiados porque no
se ha conseguido que habléis. Hemos cambiado de
parecer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra
habitación y vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los bosques, porque no se ha podido lograr
que nos adoréis ni nos invoquéis. Todavía hay quienes
nos adoren, haremos otros seres que sean obedientes.
Vosotros, aceptad vuestro destino: vuestras carnes serán trituradas. Así será. Esta será vuestra suerte. Así
dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pequeños y grandes que hay sobre la faz de la
tierra.
Luego quisieron probar suerte nuevamente, quisieron hacer otra tentativa y quisieron probar de nuevo a
que los adoraran.
Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos
mismos, nada pudieron conseguir y nada pudieron
hacer. Por esta razón fueron inmoladas sus carnes y
fueron condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre la faz de la tierra.
Así pues, hubo que hacer una nueva tentativa de
crear y formar al hombre por el Creador, el Formador
y los Progenitores.
-¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la
aurora; ¡hagamos al que nos sustentará y alimentará!
¿Cómo haremos para ser invocados, para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras
primeras obras, nuestras primeras criaturas; pero no
se pudo lograr que fuésemos alabados y venerados
por ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten.
Así dijeron. Entonces fue la creación y la formación. De tierra,
de lodo hicieron la carne del hombre. Pero vieron que
no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando, no
tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba
aguado, no movía la cabeza, la cara se le iba para un
lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia atrás. Al
principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo
sostener.
Y dijeron el Creador y el Formador. Bien se ve que
no puede andar ni multiplicarse. Que se haga una
consulta acerca de esto, dijeron.
Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su
creación. Y en seguida dijeron: -¿Cómo haremos para
perfeccionar, para que salgan bien nuestros adoradores, nuestros invocadores?
Así dijeron cuando de nuevo consultaron entre sí:
-Digámosles a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch,
Hunahpú-Utiú: ¡Probad suerte otra vez! ¡Probad a hacer la creación! Así dijeron entre sí el Creador y el Formador cuando hablaron a Ixpiyacoc e Ixmucané.
En seguida les hablaron a aquellos adivinos, la
abuela del día, la abuela del alba, que así eran llamados por el Creador y el Formador, y cuyos nombres
eran Ixpiyacoc e Ixmucané.
Y dijeron Huracán, Tepeu y Gucumatz cuando le
hablaron al agorero, al formador, que son los adivinos: -Hay que reunirse y encontrar los medios para
que el hombre que formemos, el hombre que vamos a
crear nos sostenga y alimente, nos invoque y se
acuerde de nosotros. Entrad, pues, en consulta, abuela, abuelo, nuestra
abuela, nuestro abuelo, Ixpiyacoc, Ixmucané, haced
que aclare, que amanezca, que seamos invocados, que
seamos adorados, que seamos recordados por el hombre creado, por el hombre formado, por el hombre
mortal, haced que así se haga.
-Dad a conocer nuestra naturaleza, HunahpúVuch, Hunahpú-Utiú, dos veces madre, dos veces padre, Nim-Ac, Nimá-Tziís, el Señor de la esmeralda, el
joyero, el escultor, el tallador, el Señor de los hermosos platos, el Señor de la verde jicara, el maestro de la
resina, el maestro Toltecat, la abuela del sol, la abuela
del alba, que así seréis llamados por nuestras obras y
nuestras criaturas.
-Echad la suerte con vuestros granos de maíz y de
tzité1
. Hágase así y se sabrá y resultará si labraremos
o tallaremos su boca y sus ojos en madera. Así les
fue dicho a los adivinos.
A continuación vino la adivinación, la echada de la
suerte con el maíz y el tzité. -¡Suerte! ¡Criatura!, les
dijeron entonces una vieja y un viejo. Y este viejo era
el de las suertes del tzité, el llamado Ixpiyacoc. Y la
vieja era la adivina, la formadora, que se llamaba Chiracán Ixmucané.
Y comenzando la adivinación, dijeron así: -¡Juntaos, acoplaos! ¡Hablad, que os oigamos, decid, declarad si conviene que se junte la madera y que sea
labrada por el Creador y el Formador, y si éste (el
Árbol cuyo fruto es una vaina que contiene granos parecidos al fríjol. Dichos granos eran y son usados por los indios para realizar sortilegios y
hechicerías. hombre de madera) es el que nos ha de sustentar y
alimentar cuando aclare, cuando amanezca!
Tú, maíz, tú, tzité; tú, suerte; tú, criatura: ¡unios,
ayuntaos!, les dijeron al maíz, al tzité, a la suerte, a la
criatura. ¡Ven a sacrificar aquí, Corazón del Cielo; no
castigues a Tepeu y Gucumatz!
Entonces hablaron y dijeron la verdad: -Buenos
saldrán vuestros muñecos hechos de madera; hablarán y conversarán sobre la faz de la tierra.
-¡Así sea!, contestaron, cuando hablaron.
Y al instante fueron hechos los muñecos labrados
en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el
hombre y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni
entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su
Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.
Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso
cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un
intento de hacer hombres. Hablaban al principio, pero
su cara estaba enjuta; sus pies y sus manos no tenían consistencia; no tenían sangre, ni sustancia, ni
humedad, ni gordura; sus mejillas estaban secas, secos sus pies y sus manos, y amarillas sus carnes.
Por esta razón ya no pensaban en el Creador ni en
el Formador, en los que les daban el ser y cuidaban
de ellos.
Estos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la tierra.
5. El Trabajo lo debe de presentar en hojas de papel bond tamaño carta, con caratula.